jueves, 31 de mayo de 2012

ENSAYO: EL APRENDIZAJE Y LAS CORRIENTES PSICOPEDAGÓGICAS




ENSAYO:

EL APRENDIZAJE Y LAS CORRIENTES PSICOPEDAGÓGICAS

Por:

Carlos Alberto Chiñas Narváez
Lic. En Comunicación


            ¿Puede el aprendizaje generar un movimiento sustancial en cada ser humano?, ¿Las corrientes psicopedagógicas han marcado la diferencia en los procesos de formación social de las diversas generaciones? ¿Hemos sido capaces de generar un verdadero cambio a través de las diferentes teorías pedagógicas? Tal vez sean preguntas sin respuesta concreta, pero en el transcurso de este ensayo, trataré de plantearlas, cotejarlas y resolverlas, aunque sin duda la ultima opinión la tiene usted amable lector.

 Buscaremos, durante el desarrollo de este trabajo analizar y reconocer la importancia de las corrientes psicopedagógicas que fundamentan y orientan la educación a fin de comprender  la visión contemporánea y las implicaciones que han tenido estas en el campo educativo, de tal forma que se favorezca una actitud crítica y reflexiva que posibilite en cada uno de nosotros recuperar algunos de sus planteamientos para que transforme nuestro quehacer docente, desarrollando con ello propuestas innovadoras de intervención educativa.

 Iniciemos analizando la pregunta que nos plantea John Dewey en relación a ¿Por qué el pensamiento reflexivo tiene que constituir un objetivo de la educación? Pues considero que el pensamiento reflexivo diferencia al hombre de los animales, nos libera de la actividad impulsiva y puramente rutinaria, es decir, nos permite, la previsión y planeación, nos posibilita también las preparaciones sistemáticas y los inventos, enriquece las cosas con los significados, el control y el valor de los símbolos educativos.



Los valores anteriormente citados, con su efecto acumulativo, constituyen la diferencia entre una vida verdaderamente humana y la existencia tal como la viven los animales, limitados por la sensación y el apetito. Más allá de un límite, afirma John Dewey, para toda aproximación a su realización más adecuada, el pensamiento requiere una cuidadosa y atenta orientación educativa. Pero no se agota aquí la cuestión, el pensamiento puede desarrollar positivamente modos erróneos y conducir a creencias falsas y perjudiciales. La necesidad de formación sistemática sería menor que la que es en realidad si el único peligro consistiera en la ausencia total de desarrollo; el mal que deriva de un tipo erróneo de desarrollo es más grave aún. Y si nos preguntamos ¿qué es pensar? Podemos afirmar que es la acción creativa que logra nuestra mente para resolver situaciones problemáticas con actitudes, mentalidad abierta, entusiasmo y responsabilidad.

Ahora bien, acerquémonos a los planteamientos que en su momento presentaron pedagogos de la talla de Piaget, Vigosky, Ausbel y Freinet para conocer más de cerca la importancia del aprendizaje.

Piaget, nos comenta que la mentalidad abierta, el entusiasmo y la responsabilidad ante las consecuencias, son en sí mismas cualidades personales, rasgos de carácter. No son las únicas actitudes que interesan a fin de desarrollar el habito de pensar de manera reflexiva, pues existen otras actitudes que se pueden enunciar como rasgos del carácter, tales como las actitudes morales que le permitirán al ser humano desarrollar hábitos que le permitan seguir socializándose.

Vigosky, por su parte, atribuyo a la dimensión socio histórico del funcionamiento psicológico y la interacción social en la construcción del ser humano, el proceso de aprendizaje es igualmente central en su concepción del hombre. Para Vigosky, desde el comienzo de la vida humana el aprendizaje está relacionado con el desarrollo, ya que es “Un aspecto necesario y universal del proceso de desarrollo de las funciones psicopedagógicas culturalmente organizadas y específicamente humanas.” Y remata diciendo que el camino del desarrollo del ser humano está en parte, definido por los procesos de maduración del organismo del individuo de la especie humana, pero es el aprendizaje lo que posibilita el despertar de procesos internos de desarrollo que no tendrían lugar si el individuo no estuviese en contacto con un determinado ambiente cultural.

Ausbel, nos dice que la explicación del aprendizaje constituye un ingrediente fundamental en la elaboración de una concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza, entendida como marco explicativo de carácter integrador de estos procesos. Sin embargo, sería erróneo asimilar esta concepción a la teoría de la asimilación. La noción de aprendizaje significativo se reinterpreta cuando se integra en la concepción constructivista y adquiere un alcance distinto.
 
Freinet, en cambio, nos habla de que esta claro, por tanto, que la escuela tiene que ir al encuentro de la vida para servirla y, basándose en ella, dar un dinamismo y una motivación a la educación. Para ello tiene, por supuesto, que abandonar las viejas prácticas, por consagradas que estén; pero antes es necesario que modifique su concepción del proceso educativo y esta modificación debe empezar por el papel que atribuye al niño este proceso.

Ahora, bien, analicemos de cerca los pensamientos latinoamericanos de grandes pedagogos que propusieron con su práctica la importancia del fortalecimiento del aprendizaje rompiendo con las escuelas tradicionales y los procesos institucionales que oprimían al pueblo latinoamericano.

Comencemos con Don Carlos A. Carrillo, quien fue integrante de una generación de notables educadores mexicanos, que manifestó un gran amor por los niños y jóvenes de México y que sobre todo se preocupo por los registros anecdóticos, avances programáticos, diarios de clases, no como una carga burocrática sino como un autentico registro de propósitos de experiencias, de metas alcanzadas y también de lo que faltaba por hacerse y desde luego buscar las formas y recursos para conseguirlos. Concibió a los niños como un ser con intereses, necesidades y capacidades propias, a diferencia de la mayoría de los adultos y prepararse en el hogar y en la escuela para reproducir los esquemas vigentes para aquella época y aquella sociedad.

Don Simón Rodríguez, por su parte, muy independientemente de que fue el forjador del gran libertador de las Américas Simón Bolívar, tenía muy clara la idea del fortalecimiento del aprendizaje como una alternativa de mejoría social, cultural y económica. Lo anterior lo podemos observar en el siguiente fragmento: “IDEAS, IDEAS, primero que letras, el miedo hace al gobierno tirano, el odio hace al pueblo cruel, no hay libertad donde hay amos, los conocimientos son propiedad pública, la América no debe “Imitar” servilmente, sino ser original, colonizar el país con sus propios habitantes y para tener colonos decentes instruidos en la niñez, las reformas deben ser graduales, para que los efectos sean durables. Es necesaria la instrucción social, corporal, técnica, científica, manifestando así su más audaz y autónomo postulado: La sabiduría de la Europa y la prosperidad de los Estados Unidos, son dos enemigos de la libertad de pensar en América.”

Muy a la par en cuanto a la forma de enfocar el proceso de aprendizaje, Paulo Freire, criticaba la educación bancaria como “el saber como un depósito” y decía que en la educación bancaria la contradicción es mantenida y estimulada ya que no existe liberación superadora posible. El educando, solo es un objeto en el proceso, padece pasivamente la acción de su educador. En cambio, Paulo Freire proponía la educación problematizadora como un dialogo liberador y consistía en que la educación problematizadora niega el sistema unidireccional propuesto por la educación bancaria ya que da existencia a una comunicación de ida y vuelta. Es decir, los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión.

Ahora bien, una vez que hemos conocido las diferentes posturas de pedagogos importantes, vamos a generalizar algunos comentarios sobre tópicos fundamentales de las corrientes psicopedagógicas.

Comencemos con el Constructivismo y muy en particular con el tema “Los profesores y la concepción constructivista”.

En este punto, quiero manifestar que el aprendizaje contribuye al desarrollo en la medida en que aprender no es copiar o reproducir la realidad. Para la construcción constructivista aprendemos cuando somos capaces de elaborar una representación personal sobre un objeto de la realidad o contenido que pretendemos aprender. Esa elaboración implica aproximarse a dicho objeto o contenido con la finalidad de aprenderlo; no se trata de una aproximación vacía, desde la nada, si no desde las experiencias, intereses y conocimientos previos que presumiblemente pueden dar cuenta de la novedad.

También es necesario hablar del Constructivismo y el aprendizaje significativo. El constructivismo postula la existencia y prevalecencia de procesos activos en la construcción del conocimiento: habla de un sujeto cognitivo aportante, que claramente rebasa a través de su labor constructiva lo que ofrece en su entorno. De esta manera, según Rigo Lemini, se explica la génesis del comportamiento y el aprendizaje, lo cual puede hacerse poniendo énfasis en los mecanismos de influencia sociocultural (Vigosky), socio afectiva (Wallon) o fundamentalmente intelectuales y endógenos (Piaget). La concepción constructivista del aprendizaje escolar se sustenta en la idea de que la finalidad de la educación que se imparte en las instituciones educativas es promover los procesos de crecimiento personal del alumno en el marco cultural del grupo al que pertenece.

¿Qué hace que el alumno y la alumna aprendan contenidos escolares? Que los profesores conozcan los conocimientos previos de los alumnos y alumnas sobre el tema que van a estudiar es importante no únicamente porque son las que este utilizará para aprender, es decir, no puede prescindir de ellas en la realización de nuevos aprendizajes, sino porque de ellos depende las relaciones que les es posible establecer para atribuir significa a la nueva información que se le plantea. Es decir, los conocimientos que el alumno posee sobre determinado tema posibilitan establecer de relaciones sustantivas y, en consecuencia, permiten, también, atribuir significado al nuevo conocimiento. El grado o nivel de elaboración del significado estará determinado por la calidad, diferenciación y coordinación de los esquemas de conocimientos que poseemos y por su pertenencia y relevancia para establecer vínculos con la nueva información presentada. Esta es una cuestión importante para la educación escolar, ya que confirma, por una parte, que los  conocimientos del alumnado actúan siempre, aunque sea para que el alumnado consiga darse cuenta de que el nuevo conocimiento no tiene para el ningún significado, es por ello por lo que deben ser tomados en cuenta, sean cuales sean.

 En cuanto a la cognición situada y estrategias para el aprendizaje significativo, podemos decir que los teóricos de la cognición situada parten de la premisa de que el conocimiento es situado, es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y utiliza.  Esta visión, relativamente reciente, ha desembocado en un enfoque instruccional, la enseñanza situada, que destaca la importancia de la actividad y el contexto para el aprendizaje y reconoce que el aprendizaje escolar es, ante todo, un proceso de endoculturación en el cual los estudiantes se integran gradualmente a una comunidad o cultura de prácticas sociales.

También, dentro de las Corrientes psicopedagógicas, encontramos una que nos plantea la posibilidad del conocimiento a través del análisis de situaciones problemáticas y me refiero por su puesto a ¿Qué es el Aprendizaje Basado en Problemas? Entendemos que es una experiencia pedagógica (practica) organizada para investigar y resolver problemas que se presentan enredados en el mundo real. Es un organizador del curriculum y también una estrategia de enseñanza, dos procesos complementarios. El ABP incluye tres características principales: 1.- Compromete activamente a los estudiantes como responsables de una situación problemática. 2.- Organiza el curriculum alrededor de problemas holísticos que generan en los estudiantes aprendizajes significativos e integrados. 3.- Crea un ambiente de aprendizaje en el que los docentes alientan a los estudiantes a pensar y los guían en su indagación, con lo cual les permiten alcanzar niveles más profundos de comprensión.

Por otra parte, hemos de citar a Humberto Eco en relación a lo que opina sobre la educación escolar ante las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, pues sin duda, ha modificado el proceso de enseñanza-aprendizaje y afirma que “Muchas personas han podido experimentar navegando por la red, el exceso de información puede conducir al caos, al silencio. Solo el establecimiento de criterios de calidad y fiabilidad de la información, por un lado, y la organización e interpretación de dicha información de acuerdo con esquemas significativos para cada persona, por otro lado, puede evitar que la sociedad de la información se convierta en una sociedad caótica. El hecho de subrayar estas limitaciones no implica negar la evidencia de que las Tics abren nuevas e interesantes posibilidades de conocimiento y aprendizaje. Es evidente que las desigualdades en  el acceso a las Tics pueden acrecentar aun más, si cabe, las dificultades reales de acceso a la información y al conocimiento que tienen ya en la actualidad los sectores sociales más desfavorecidos.


Hemos de analizar también la Neurociencia y la educación puesto que se ha convertido, aunque de una manera muy incipiente, en un campo de estudio muy fértil para entender los procesos cognitivos que fortalezcan el desarrollo del ser humano. Las Neurociencias han permitido reconocer tipologías en los procesos atencionales, que permiten interpretarlos no como simple procesos de filtrado de estímulos, sino como procesos dinámicos de priorización en la interacción comunicativa y en la interpretación y construcción de la realidad, como elementos fundamentales para la transformación educativa. La interpretación asertiva de estas tipologías atencionales puede favorecer la interacción educativa.

Pensar una educación basada en la evidencia científica, plantea una metodización extrema, que demanda de entrada dos grandes retos conceptuales: primero el relativo a la construcción misma de los niveles de evidencia a partir de la ciencia como un paradigma de verdad. El segundo, la flexibilización del modelo para su adecuación contextual en términos de heterogeneidad y la multiculturalidad.

Y por último, hablemos Acerca de Las Competencias Profesionales y desde este enfoque podemos decir que “la consecución de las distintas competencias desembocan de una u otra forma en la cualificación profesional, que no es más que la acreditación, mediante un título, de haberlas logrado. La competencia puede adquirirse mediante procesos reglados y no reglados; sin embargo, la cualificación supone la concesión de un título reglado, si bien se puede acceder a él (total o parcialmente) a partir de la enseñanza no formal o los aprendizajes autónomos y experienciales, en este caso, los saberes deben ser convalidados y reconocidos oficialmente”.



BIBLIOGRAFIA

1.- Díaz Barriga, Ángel. “Piaget. Aportes para la educación y para la didáctica”. En Piaget en la educación. Debate entorno de sus aportaciones. Paidos Educador. México 1996.



2.- Khol de Oliveira, Maria. “Pensar la educación: Las Contribuciones de Vogosky”. En Piaget-Vigosky. Contribuciones para replantear el debate. Paidos Educador. México 1996.



3.- Rubilar Solís. “Don Simón Rodríguez, el pedagogo andino. Luis. UMCE. Santiago.

  

4.- Zuloaga Gómez Jairo Alberto. “Neurociencias y educación”. Universidad Nacional de Colombia.



5.- Tejeda Fernández, José. “Acerca de las competencias profesionales”. Revista Herramientas Números. 56 y 57. 1999.


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