jueves, 20 de septiembre de 2012

LA EDUCACION SUPERIOR EN AGUA DULCE, LOGROS Y DESENCANTOS.


LA EDUCACION SUPERIOR EN AGUA DULCE, LOGROS Y DESENCANTOS.

 

Por:

Carlos Alberto Chiñas Narváez

Lic. En Comunicación.

 

                El problema de la carencia de la educación superior en nuestra ciudad se ha ido disminuyendo en los últimos años, pero todavía hay mucho camino por recorrer.

 

Hoy en día, existen ofertas educativas muy significativas que nos permiten estudiar una carrera universitaria sin tener que abandonar nuestro núcleo familiar o tener que viajar todos los días arriesgando nuestra integridad física; pero este logro ha sido a base de lucha, de tenacidad y de querer realmente provocar en nuestro municipio un progreso constante que nos ha permitido visualizar un Agua Dulce próspero y con ganas de salir adelante.

 

Quién no recuerda cuando en años anteriores nuestros hijos, nuestros amigos, nuestra familia, tenía la necesidad de emigrar a otras ciudades para continuar con sus estudios universitarios. Hoy, en cambio, vemos con agrado como la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, propuesta por el Dr. Javier Duarte de Ochoa, Gobernador Constitucional de nuestro Estado y recientemente aprobada por unanimidad por el Congreso del Estado, oferta ya licenciaturas tales como: Derecho, Psicopedagogía, Trabajo Social, Informática Administrativa, Educación Física, Inglés, Administración de Empresas y Criminología y Criminalística. Oferta, por cierto, bastante amplia para cubrir  mucha de la necesidad educativa que padece nuestro municipio.

 

Pero no solo es cubrir la demanda, si no alcanzar objetivos claros que permitan la incorporación de nuevos conocimientos, de nuevas propuestas y de nuevos profesionistas que se sumen al progreso de nuestra Ciudad, logrando con ello el pago recíproco en su compromiso social y humanista. Lo anterior, en razón a que las últimas décadas que antecedieron al nuevo milenio han impuesto a las Instituciones de Educación Superior (IES), nuevos desafíos y nuevas contradicciones provocadas por las profundas transformaciones ocurridas en el ámbito socioeconómico, político, tecnológico y científico que han pautado las nuevas condiciones en las que tiene lugar la proyección de los sistemas educativos en el mundo y entre ellos se encuentran:

 

·         El nuevo valor del conocimiento sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. La llamada, según A. Toffer, “Sociedad del Conocimiento”.

·         La aproximación cada vez mayor entre la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas.

·         El “rendir cuentas” de su gestión ante la sociedad, en contraposición a una institución secularmente instalada sin sanción ni obligación.

·         Incentivar en el hombre el desarrollo de valores de carácter ético, de solidaridad, de equidad, de una concepción del mundo, como resultado de una formación humanista.

 

La Educación Superior ya es una realidad en nuestra ciudad y debemos juntos provocar la simbiosis entre Pueblo y Educación para construir los puentes que nos permita el crecimiento conjunto entre Institución y Sociedad, para alcanzar con ello las nuevas condiciones que reclaman nuestra atención como universitarios. Son más los logros que los desencantos de la Educación Superior en Agua Dulce, pero de nosotros depende consolidar este gran proyecto educativo.

 

 

LIDERAZGO AUTOCRATICO VS LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL


 

LIDERAZGO AUTOCRATICO VS

LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL

 

Por: Carlos Alberto Chiñas Narváez

            Lic. En Comunicación y estudiante de la Maestría en Educación

            Por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.

Campus Agua Dulce, Veracruz.

           

 

            “La regla de un líder es…Toda falla es tu falla”. Sin duda descubrimos que se ejerce ahí, en esa frase un liderazgo AUTOCRATICO.

 

No podemos ni debemos sentirnos el superior en todo…debemos de permitir que nuestro allegados, ya sean compañeros de trabajo, alumnos o familiares pueden tener confianza en sí mismos.

 

Por eso, antepongo el liderazgo TRANSFORMACIONAL. Este tipo de liderazgo nos permite crecer juntos, en unidad y todos al mismo tiempo.

 

No es fácil ejercer un liderazgo. Hay ocasiones en que es necesario un liderazgo autocrático, pues lo enraizado que se encuentra a veces las actitudes culturales no nos permiten lograr un cambio de mentalidad, pero ese tipo de liderazgo debe ser inicial y cambiar paulatinamente al liderazgo transformacional.

 

La vida es una ruleta que en cada instante cambia y gira. Por eso no podemos solamente aplicar un tipo de liderazgo.

 

Toda mi vida he creído fielmente que el ser humano posee en su interior los dos tipos de liderazgo, tanto el autocrático como el transformacional y debemos saberlos combinar.

 

Decía don Benito Juárez: “en una mano la flor de la comprensión y en la otra el látigo de la imposición”. En pleno siglo XXI, estamos llamados a ser líderes transformacionales tanto como amigos, como padres, como pareja, como docentes, como seres humanos…no hay más.

 

¿Y tú?... ¿Eres un líder autocrático o transformacional?

 

Ahí…Se los dejo de tarea…

viernes, 7 de septiembre de 2012

DE LA INTERACCION SOCIAL A LAS INSTITUCIONES SOCIALES


 

DE LA INTERACCION SOCIAL A LAS INSTITUCIONES SOCIALES

FORO DE DISCUSIÓN
 

Por: Carlos Alberto Chiñas Narváez
            Lic. En Comunicación y estudiante de la Maestría en Educación
            Por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
Campus Agua Dulce, Veracruz.

 

            Ha resultado por demás interesante conocer los resultados de una investigación encaminada a conocer los hábitos sociales de los seres humanos, mismos que por el propio progreso y evolución cambian de generación en generación.

 

Este texto de Michael Tomasello, editado por Katz España 2010, nos brinda un excelente paralelismo entre el actuar social de los chimpancés y los seres humano. Nos habla muy claramente sobre el proceso evolutivo “De la interacción social a las instituciones sociales”.

 El hombre como ser social, desde sus inicios comprendió que le era muy necesario asociarse para sobrevivir, para resistir el embate de la propia naturaleza que lo recibe indefenso en sus tierras hostiles y violentas.

Michael Tomasello plantea desde el inicio un interrogante, que aunque no la plantea como tal desde el comienzo, se puede visualizar entre las líneas de su texto cuando argumenta “que en las investigaciones actuales acerca de la evolución comportamental humana, el problema central es el altruismo y específicamente como surgió”.

Ante la pregunta: ¿Es un problema el altruismo como acción social del ser humano? el autor, razonablemente cita a Christine Korsgaar quien afirma: “la escena moral primigenia…no es aquella en que yo hago algo por ti o tú haces algo por mí, sino aquella en que nosotros dos hacemos algo juntos”.

Y a pesar de ello, Michael Tomasello, sube a la palestra de la discusión su planteamiento hipotético cuando lanza su predicamento: “hasta ahora, no hay una respuesta aceptada por todos para esa pregunta, pero tampoco son escasas las hipótesis. El problema estriba (se plantea el autor) en que debe haber alguna manera de que el individuo que se sacrifica no renuncie totalmente a la existencia propia o de su progenie…”

 Para reorientarnos en esta discusión, el autor plantea desde el inicio, que la cuestión no es sencilla porque el altruismo va mas allá de lo que crea que vas a hacer tu…y le da nombre a su hipótesis evolutiva: modelo de Silk para los monos antropides y modelo de Skyrms para los seres humanos. Y he allí lo interesante de su planteamiento, pues procura durante toda su investigación crear un paralelismo de conducta entre seres humanos y monos.

 Para explicar su hipótesis evolutiva, nos encontramos con tres aspectos básicos en el desarrollo social del hombre, incluyendo su adaptabilidad por coincidencia, necesidad de supervivencia o poder de control total de la acción social, explicándolo de la siguiente manera:

“para pasar de las actividades grupales de los monos antropoides a la colaboración humana debieron cumplirse tres procesos básicos. En primer lugar, y más importante, los seres humanos primitivos tuvieron que desarrollar algunas habilidades y motivaciones cognitivos sociales apreciables a fin de comunicarse entre sí y coordinar actividades tendientes a metas comunes que implicaran división del trabajo entre diversos individuos, habilidades y motivaciones a las que me referiré como intencionalidad compartida. En segundo lugar, incluso para iniciar esas actividades de colaboración, los primitivos seres humanos tuvieron, antes que nada, que volverse más tolerantes y confiar más en los otros que los monos antropoides, en especial con respecto al alimento. En tercer lugar, esos seres humanos más tolerantes y colaboradores debieron desarrollar algunas prácticas institucionales de nivel grupal que involucraran normas sociales y asignaran a los roles institucionales una categoría deóntica.”


Los tres grupos de procesos a los que se refiere el autor, son:

                                    1.- La coordinación y la comunicación

                                   2.- La tolerancia y la confianza

                                   3.- Las normas y las instituciones.

 
Y aunque es bastante clara su teoría, el autor discute los resultados de la investigación y acompaña perfectamente su planteamiento hipotético con una pregunta muy precisa… ¿Por qué cooperamos?

A continuación, retomaremos los planteamientos del autor e iremos comentando nuestro punto de vista en referencia. Comencemos con el primero:

 1.- COORDINACIÓN Y COMUNICACIÓN.

             La mayor parte de las especies sociales forrajean en grupo de una manera u otra, sobre todo para defenderse de los depredadores. En muchas especies de mamíferos, los individuos también entablan relaciones específicas con otros, lo que lleva a la formación de coaliciones y alianzas para la competencia endogrupal por los alimentos y las parejas.

Los seres humanos hemos aprendido a coordinarnos y a comunicarnos por una necesidad inherente a la supervivencia y eso ha sido fundamental y básico para su evolución…es lo que conocemos como “las actividades cooperativas compartidas”. El hombre no puede vivir en soledad, es una necesidad innata el estar en coordinación con sus pares para establecer un progreso basado en la comunicación. El hombre desde sus inicios ha sido un ser social y eso le ha bastado para alcanzar un alto grado de desarrollo y evolución.

En la comunicación humana, la perspectiva individual dentro de la atención conjunta desempeña un papel fundamental, pues aunque el ser humano nace solo, crece solo, se desarrolla solo, lo hace dentro de un grupo social y es por ello que necesita coordinarse y comunicarse.

 De modo que la comunicación cooperativa humana surgió evolutivamente en un principio dentro del marco de actividades de colaboración porque esas actividades constituyen el terreno común necesario para establecer tópicos comunes y porque así se generaron en su principio.

En segundo término, hablemos de:

 2.- TOLERANCIA Y CONFIANZA.

             “Según la explicación canónica de la socialidad, las especies animales se transformaran en especies sociales para protegerse contra los predadores pues la defensa es más fácil cuando se actúa en grupo. Cuando no se necesita protección, es mejor para los individuos forrajear solos para conseguir alimentos porque en ese caso no tienen que compartir constantemente con otros”.

“Cuando dos de nosotros participamos de una actividad en colaboración que nos beneficia mutuamente, cuando te brindo ayuda para que desempeñes tu rol, -ya sea físicamente, ya sea dándote información útil- también me estoy ayudando a mi mismo pues el feliz término de la actividad común. De modo que las actividades mutualistas constituyen un entorno protegido en el cual pueden darse los primeros pasos evolutivos hacia motivaciones altruistas”.

El hombre ha aprendido con el paso del tiempo que debe ser tolerante y confiar en su prójimo para alcanzar sus metas. Que debe practicar el altruismo como medio para socializar y aunque sean en muchas ocasiones utópicos hay muchos escenarios donde el hombre se convierte en hombre y deja de ser aquel primate que solo reacciona con los estímulos superficiales.

El tercer punto, nos habla de la importancia de LAS NORMAS E INSTITUCIONES. “en las actividades de colaboración mutualista, los dos sabemos que dependemos del otro para alcanzar la meta común. Esta situación modifica en algo fundamental la normatividad individual de la acción racional y la transforma en una suerte de normatividad social para la acción racional conjunta.

 Las normas aportan la base de confianza necesaria para que los roles neutrales con respecto a los agentes y las actividades cooperativas que implican metas comunes y atención conjunta se canalicen como instituciones sociales. Pero las realidades convencionales características de las instituciones sociales dependen de otro factor además: un tipo especial de imaginación y de comunicación simbólica.

 Este último punto nos habla de la madurez alcanzada por el hombre, pues ha dependido de su capacidad de adaptación para lograr crear y vivir en sociedad. Aunque aún hay mucho camino por recorrer, el hombre ha llegado a un punto clave para su progreso y desarrollo y es entonces cuando podemos responder la pregunta: ¿Por qué cooperamos? Porque estamos diseñados física y emocionalmente para apoyarnos mutuamente y progresar.

Ahora bien, para ir concluyendo este reporte de lectura hablaremos sobre el foro de discusión y retomaremos las ideas principales de los que analizaron y estudiaron la hipótesis evolutiva de Michael Tomasello.

 JOAN B. SILK

 Las interacciones reiteradas pueden generar confianza y tolerancia. La teoría de la reciprocidad contingente surgió de comprender que la cooperación entre individuos que devuelven los favores puede ser provechosa para los dos y puede constituir una estrategia estable siempre que los dos participantes sigan cooperando.

Para Tomasello, las inclinaciones sociales altruistas nacen de los beneficios que brinda la cooperación mutualista, pero bien podría ser que ocurriera lo contrario. El hecho de que los seres humanos hayan llegado a tener inclinaciones sociales altruistas admite varias explicaciones distintas: crianza cooperativa, selección cultural por grupos, reciprocidad indirecta entre otras.

CAROL S. DWECK

Michael Tomasello es un verdadero adelantado que incursiona con valor en territorios que otros no han osado recorrer. No solo formula una pregunta fundamental –“¿Qué es lo que nos hace específicamente humanos?”- sino que lleva a cabo ingeniosos experimentos para confirmar su hipótesis. Además, la respuesta que nos da no es la tan manida de que los seres humanos son increíblemente inteligentes, sino que agrega algo más: que somos increíblemente generosos.

 BRIAN SKYRMS

 Puede existir trabajo en equipo sin que haya razonamiento en equipo. No creo que el trabajo en equipo sea un atributo especial de los seres humanos ni que exija necesariamente capacidades humanas. Puede ser que los seres humanos cooperen más que los chimpancés, pero estamos muy lejos de ser la especie más cooperativa del planeta.

 
ELIZABET S. SPELKE

 Michael Tomasello se ha propuesto explicar las hazañas cognitivas de nuestra especie. Se pregunta porque somos la única especie viviente que transforma su entorno con la agricultura y las herramientas; porqué analizamos y codificamos nuestro medio físico y social inventando disciplinas como la historia y la geografía y creando instituciones sociales; porqué, en fin, enriquecemos el mundo material y social aventurándonos en empresas tales como la literatura y la música, el teatro y los deportes, la matemáticas y las ciencias.

 Las investigaciones de Tomasello son alentadoras y nos permiten augurar que el próximo decenio será tan fructífero como el anterior. Las preguntas fundamentales acerca de la naturaleza y el conocimiento humano –pregunta acuciante durante milenios- comienzan a tener respuesta: creo que darán frutos pronto, en particular a través de los estudios comparativos con los individuos más jóvenes de nuestra especie.

 De esta forma podemos concluir afirmando que el hombre en su afán de progreso ha logrado romper la barrera de la razón y ha logrado establecer parámetros que le permitan determinar hacia dónde ir, hacia donde caminar y encaminar los esfuerzo de supervivencia.

 ¿Por qué cooperamos? Porque somos humanos, porque vivimos en sociedad y porque nos necesitamos unos a otros y sobre todo, necesitamos a nuestra madre tierra para seguir subsistiendo y persiguiendo el sueño inalcanzable de la autorrealización total y espiritual.

 Tenemos un “chance” y ese chance no hay que desaprovecharlo…

 

 

 ¿CÓMO PUEDE EL SER HUMANO REESTABLECER LA RELACIÓN CON SU ENTORNO Y LA NATURALEZA?
Edgar Morín y Nicola Hulot
 

Por: Carlos Alberto Chiñas Narváez
            Lic. En Comunicación y estudiante de la Maestría en Educación
            Por la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
Campus Agua Dulce, Veracruz.
     

         Pareciera un escenario catastrófico los años venideros pues cada día sentimos que el hombre se destruye a sí mismo en su afán de progreso, de dominio y de control en todos los aspectos de la vida, inclusive hay ocasiones que se atreve a jugar a ser Dios.
 
Edgar Morín y Nicola Hulot se plantean una pregunta muy significativa para nuestro tiempo: ¿Cómo puede el ser humano restablecer la relación con su entorno y la naturaleza? Y yo me permito agregarle: ¿Estaremos aun a tiempo?
 
Para entender el planteamiento de estos dos autores, es muy necesario conocer algunos datos de ellos, por ejemplo: Edgar Morín es filósofo, socioantropólogo, profesor investigador y director emérito del Centro Nacional para la investigación Científica. Su trabajo ejerce una fuerte influencia sobre la reflexión contemporánea. Por su parte, Nicolás Hulot, es presidente de la Fundación Nicolás Hulot para la Naturaleza y el Hombre, que emprende numerosas acciones de sensibilización sobre los problemas ecológicos.

 Es de entenderse entonces, la preocupación de los autores que hoy nos ocupa por la relación entre el hombre y la naturaleza.

 Decía Mario Bunge: “mientras los animales solo están en el mundo, el hombre trata de entenderlo; y sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible del mundo, el hombre intenta enseñorearse de él para hacerlo más confortable”. Y ese afán de dominio ha hecho que hoy estemos de nueva cuenta al borde del precipicio en torno a cuestiones ecológicas.

 El hombre siempre ha intentado dominar a la naturaleza y ese ha sido el precio de su autodestrucción. El texto original de Morín y Hulot, fue publicado en el año de 2007, pero concebido desde 1972 y aunque pareciera, incluso para los mismos autores, lejano y difícil de entender en virtud de que la sociedad no veía las agresiones graves a la naturaleza si no la carrera por el “progreso” y el “desarrollo”, hoy es lo suficientemente actual como para detenernos un momento y reflexionar sobre lo que hemos estado haciendo con la naturaleza. No se trata solamente de “dominar” y volverlo más “confortable” como menciona Bunge, sino de fortalecer la dinámica del desarrollo sostenible, única vía (y me permito afirmarlo) como la solución más firme ante nuestros problemas con la naturaleza.

 Es por ello, que me permito plantear la discusión de los autores entorno al significado de la palabra “ecología” y presuponen una dificultad de entendimiento del término en su simpleza denotativa, pues afirman que “la palabra “ecología” remiten a lo que denotaban ya los términos bien conocidos: Medio, Entorno y Naturaleza; pero añade complejidad al primero y precisión al segundo, y resta mística e incluso euforia al tercero”.

 En cambio proponen utilizar el término “Ecosistema” pues, argumentan que “la ecología como ciencia natural ha llegado a esta noción que engloba el entorno físico (biotopo) y el conjunto de las especies vivas (biocenosis) en un espacio o nicho dado)…digamos esquemáticamente que el conjunto de los seres vivos en un “nicho” constituye un sistema que se organiza por sí mismo, creándose un conjunto combinatorio, con sus determinismos, sus ciclos, sus probabilidades, sus contingencias. Eso es el ecosistema, (que) se considera a escala de un pequeño –nicho- del planeta”.

 El hombre, tal vez ha entendido mal la sentencia bíblica que decía “vayan y pueblen el mundo, vayan y dominen todo lo que hay en ella”. Tal vez, y parafraseando a Mario Bunge nos enseñoreamos con el dominio y el control del planeta por la simple voluntad de pensar y utilizar la inteligencia.

 En palabras de Jean Piaget podemos decir que “el hombre que piensa estará siempre buscando una síntesis razonada entre sus creencias, los valores que sostiene y aquello que conoce. Esta suerte de síntesis la llamará una fe razonada, pero no de conocimiento”. Es por ello que en su afán de dominio universal ha contravenido las reglas de la madre naturaleza. Tal vez, a un estemos a tiempo de lograr revertir los daños al planeta y eso solo será posible tal y como lo propone Morín y Hulot cuando logremos en verdad tener una conciencia planetaria.

Morín y Hulot afirman en su obra que degradar al ecosistema supone degradar al hombre, pues el hombre, como todo animal, se nutre no solo de energía, sino también de orden y de complejidad. Así pues, cuanto más independiente nos hacemos más dependientes del mundo exterior nos volvemos: éste es el problema de la sociedad moderna que cree emanciparse del mundo exterior dominándolo.

 Cuanto más evolucionado sea un sistema, es decir, más complejo y más rico, más abierto será. El hombre es el más abierto de todos los sistemas, el más dependiente en la independencia.

 Para concluir, debemos de retomar la idea de que el hombre como todo ser vivo es coautor, cooperador y coprogramador de su propio desarrollo. Los autores se atreven a afirmar que es necesario revertir toda la ideología occidental desde Descartes que hacia al hombre sujeto en un mundo de objetos. Es la ideología del hombre como unidad insular, mónada cerrada en el universo contra la que el romanticismo solo logro reaccionar poéticamente, contra la que el cientificismo solo pudo reaccionar mecánicamente convirtiendo también al hombre en una sola cosa. El capitalismo y el marxismo, afirman Morín y Hulot, continuaron exaltando la victoria del hombre sobre la naturaleza, como si aplastar la naturaleza fuese la más épica proeza. Esta ideología de los Cortes y de los Pizarro (citados por Morín y Hulot) del ecosistema conduce de hecho al suicidio; la naturaleza vencida supone la autodestrucción del hombre.

 Ante este escenario, es de suma importancia rescatar lo que significa la conciencia ecológica:

 De acuerdo a Marín y Hulot, la Conciencia ecológica es: 1.- la conciencia de que el entorno es un ecosistema, esto es, una totalidad viva auto-organizada en si misma (espontánea) y 2.- la conciencia de la dependencia de nuestra Independencia, es decir, de la relación fundamental con el ecosistema que nos lleva a rechazar nuestra visión del mundo objeto y del hombre insular.

 La verdadera toma de conciencia ecológica (afirman los autores) supone que el crecimiento industrial no es el marco rígido en el interior del cual deban situarse todos nuestros debates y problemas políticos y sociales; es preciso considerar este crecimiento como un feed back positivo (es decir, el incremento de una desviación con respecto al ecosistema), como un enorme incremento de entropía (esto es, de desorden en el entorno, de las fuerzas de desintegración en el ecosistema) y como una tendencia exponencial que tiende al infinito (es decir, a cero, a la destrucción), como lo haría una explosión demográfica no contralada.

 Por último, quiero retomar dos propuestas de los autores: Primero: “Un problema enorme que es el de la política a escala planetaria, pues es evidente que el control del crecimiento debe venir de las necesidades planetarias y no sólo de las naciones industrializadas” y segundo: “Hay que plantear la cuestión del desarrollo del hombre, es decir de una mutación de la organización social entera”.
 
Solo cabría preguntarnos: ¿Cómo conjugar los intereses sociales y culturales de la humanidad? Y ¿Podrá la humanidad sujetarse a una política planetaria?