DE
LA INTERACCION SOCIAL A LAS INSTITUCIONES SOCIALES
FORO
DE DISCUSIÓN
Por:
Carlos Alberto Chiñas Narváez
Lic. En Comunicación y estudiante de
la Maestría en Educación
Por la Universidad Popular Autónoma
de Veracruz.
Campus
Agua Dulce, Veracruz.
Ha
resultado por demás interesante conocer los resultados de una investigación
encaminada a conocer los hábitos sociales de los seres humanos, mismos que por
el propio progreso y evolución cambian de generación en generación.
Este texto de Michael Tomasello,
editado por Katz España 2010, nos brinda un excelente paralelismo entre el
actuar social de los chimpancés y los seres humano. Nos habla muy claramente
sobre el proceso evolutivo “De la interacción social a las instituciones
sociales”.
El hombre como ser social, desde sus
inicios comprendió que le era muy necesario asociarse para sobrevivir, para
resistir el embate de la propia naturaleza que lo recibe indefenso en sus
tierras hostiles y violentas.
Michael Tomasello plantea desde el
inicio un interrogante, que aunque no la plantea como tal desde el comienzo, se
puede visualizar entre las líneas de su texto cuando argumenta “que en las
investigaciones actuales acerca de la evolución comportamental humana, el
problema central es el altruismo y específicamente como surgió”.
Ante la pregunta: ¿Es un problema el
altruismo como acción social del ser humano? el autor, razonablemente cita a
Christine Korsgaar quien afirma: “la escena moral primigenia…no es aquella en
que yo hago algo por ti o tú haces algo por mí, sino aquella en que nosotros
dos hacemos algo juntos”.
Y a pesar de ello, Michael Tomasello,
sube a la palestra de la discusión su planteamiento hipotético cuando lanza su
predicamento: “hasta ahora, no hay una respuesta aceptada por todos para esa
pregunta, pero tampoco son escasas las hipótesis. El problema estriba (se
plantea el autor) en que debe haber alguna manera de que el individuo que se
sacrifica no renuncie totalmente a la existencia propia o de su progenie…”
Para reorientarnos en esta discusión,
el autor plantea desde el inicio, que la cuestión no es sencilla porque el
altruismo va mas allá de lo que crea que vas a hacer tu…y le da nombre a su
hipótesis evolutiva: modelo de Silk para los monos antropides y modelo de
Skyrms para los seres humanos. Y he allí lo interesante de su planteamiento,
pues procura durante toda su investigación crear un paralelismo de conducta
entre seres humanos y monos.
Para explicar su hipótesis evolutiva,
nos encontramos con tres aspectos básicos en el desarrollo social del hombre,
incluyendo su adaptabilidad por coincidencia, necesidad de supervivencia o
poder de control total de la acción social, explicándolo de la siguiente
manera:
“para pasar de las actividades
grupales de los monos antropoides a la colaboración humana debieron cumplirse
tres procesos básicos. En primer lugar, y más importante, los seres humanos
primitivos tuvieron que desarrollar algunas habilidades y motivaciones cognitivos
sociales apreciables a fin de comunicarse entre sí y coordinar actividades
tendientes a metas comunes que implicaran división del trabajo entre diversos
individuos, habilidades y motivaciones a las que me referiré como
intencionalidad compartida. En segundo lugar, incluso para iniciar esas
actividades de colaboración, los primitivos seres humanos tuvieron, antes que
nada, que volverse más tolerantes y confiar más en los otros que los monos
antropoides, en especial con respecto al alimento. En tercer lugar, esos seres
humanos más tolerantes y colaboradores debieron desarrollar algunas prácticas
institucionales de nivel grupal que involucraran normas sociales y asignaran a
los roles institucionales una categoría deóntica.”
Los tres grupos de procesos a los que
se refiere el autor, son:
1.-
La coordinación y la comunicación
2.-
La tolerancia y la confianza
3.-
Las normas y las instituciones.
Y aunque es bastante clara su teoría,
el autor discute los resultados de la investigación y acompaña perfectamente su
planteamiento hipotético con una pregunta muy precisa… ¿Por qué cooperamos?
A continuación, retomaremos los
planteamientos del autor e iremos comentando nuestro punto de vista en
referencia. Comencemos con el primero:
1.- COORDINACIÓN Y COMUNICACIÓN.
La
mayor parte de las especies sociales forrajean en grupo de una manera u otra,
sobre todo para defenderse de los depredadores. En muchas especies de
mamíferos, los individuos también entablan relaciones específicas con otros, lo
que lleva a la formación de coaliciones y alianzas para la competencia
endogrupal por los alimentos y las parejas.
Los seres humanos hemos aprendido a
coordinarnos y a comunicarnos por una necesidad inherente a la supervivencia y
eso ha sido fundamental y básico para su evolución…es lo que conocemos como
“las actividades cooperativas compartidas”. El hombre no puede vivir en
soledad, es una necesidad innata el estar en coordinación con sus pares para
establecer un progreso basado en la comunicación. El hombre desde sus inicios
ha sido un ser social y eso le ha bastado para alcanzar un alto grado de
desarrollo y evolución.
En la comunicación humana, la
perspectiva individual dentro de la atención conjunta desempeña un papel
fundamental, pues aunque el ser humano nace solo, crece solo, se desarrolla
solo, lo hace dentro de un grupo social y es por ello que necesita coordinarse
y comunicarse.
De modo que la comunicación
cooperativa humana surgió evolutivamente en un principio dentro del marco de
actividades de colaboración porque esas actividades constituyen el terreno
común necesario para establecer tópicos comunes y porque así se generaron en su
principio.
En segundo término, hablemos de:
2.- TOLERANCIA Y CONFIANZA.
“Según
la explicación canónica de la socialidad, las especies animales se
transformaran en especies sociales para protegerse contra los predadores pues
la defensa es más fácil cuando se actúa en grupo. Cuando no se necesita
protección, es mejor para los individuos forrajear solos para conseguir
alimentos porque en ese caso no tienen que compartir constantemente con otros”.
“Cuando dos de nosotros participamos
de una actividad en colaboración que nos beneficia mutuamente, cuando te brindo
ayuda para que desempeñes tu rol, -ya sea físicamente, ya sea dándote
información útil- también me estoy ayudando a mi mismo pues el feliz término de
la actividad común. De modo que las actividades mutualistas constituyen un
entorno protegido en el cual pueden darse los primeros pasos evolutivos hacia
motivaciones altruistas”.
El hombre ha aprendido con el paso del
tiempo que debe ser tolerante y confiar en su prójimo para alcanzar sus metas. Que
debe practicar el altruismo como medio para socializar y aunque sean en muchas
ocasiones utópicos hay muchos escenarios donde el hombre se convierte en hombre
y deja de ser aquel primate que solo reacciona con los estímulos superficiales.
El tercer punto, nos habla de la
importancia de LAS NORMAS E INSTITUCIONES. “en las actividades de colaboración
mutualista, los dos sabemos que dependemos del otro para alcanzar la meta
común. Esta situación modifica en algo fundamental la normatividad individual
de la acción racional y la transforma en una suerte de normatividad social para
la acción racional conjunta.
Las normas aportan la base de
confianza necesaria para que los roles neutrales con respecto a los agentes y
las actividades cooperativas que implican metas comunes y atención conjunta se
canalicen como instituciones sociales. Pero las realidades convencionales
características de las instituciones sociales dependen de otro factor además:
un tipo especial de imaginación y de comunicación simbólica.
Este último punto nos habla de la
madurez alcanzada por el hombre, pues ha dependido de su capacidad de
adaptación para lograr crear y vivir en sociedad. Aunque aún hay mucho camino
por recorrer, el hombre ha llegado a un punto clave para su progreso y
desarrollo y es entonces cuando podemos responder la pregunta: ¿Por qué
cooperamos? Porque estamos diseñados física y emocionalmente para apoyarnos
mutuamente y progresar.
Ahora bien, para ir concluyendo este
reporte de lectura hablaremos sobre el foro de discusión y retomaremos las
ideas principales de los que analizaron y estudiaron la hipótesis evolutiva de
Michael Tomasello.
JOAN
B. SILK
Las interacciones reiteradas pueden
generar confianza y tolerancia. La teoría de la reciprocidad contingente surgió
de comprender que la cooperación entre individuos que devuelven los favores puede
ser provechosa para los dos y puede constituir una estrategia estable siempre
que los dos participantes sigan cooperando.
Para Tomasello, las inclinaciones
sociales altruistas nacen de los beneficios que brinda la cooperación
mutualista, pero bien podría ser que ocurriera lo contrario. El hecho de que
los seres humanos hayan llegado a tener inclinaciones sociales altruistas
admite varias explicaciones distintas: crianza cooperativa, selección cultural
por grupos, reciprocidad indirecta entre otras.
CAROL
S. DWECK
Michael Tomasello es un verdadero
adelantado que incursiona con valor en territorios que otros no han osado
recorrer. No solo formula una pregunta fundamental –“¿Qué es lo que nos hace
específicamente humanos?”- sino que lleva a cabo ingeniosos experimentos para
confirmar su hipótesis. Además, la respuesta que nos da no es la tan manida de
que los seres humanos son increíblemente inteligentes, sino que agrega algo
más: que somos increíblemente generosos.
BRIAN
SKYRMS
Puede existir trabajo en equipo sin
que haya razonamiento en equipo. No creo que el trabajo en equipo sea un
atributo especial de los seres humanos ni que exija necesariamente capacidades
humanas. Puede ser que los seres humanos cooperen más que los chimpancés, pero
estamos muy lejos de ser la especie más cooperativa del planeta.
ELIZABET
S. SPELKE
Michael Tomasello se ha propuesto
explicar las hazañas cognitivas de nuestra especie. Se pregunta porque somos la
única especie viviente que transforma su entorno con la agricultura y las
herramientas; porqué analizamos y codificamos nuestro medio físico y social
inventando disciplinas como la historia y la geografía y creando instituciones
sociales; porqué, en fin, enriquecemos el mundo material y social
aventurándonos en empresas tales como la literatura y la música, el teatro y
los deportes, la matemáticas y las ciencias.
Las investigaciones de Tomasello son
alentadoras y nos permiten augurar que el próximo decenio será tan fructífero
como el anterior. Las preguntas fundamentales acerca de la naturaleza y el
conocimiento humano –pregunta acuciante durante milenios- comienzan a tener
respuesta: creo que darán frutos pronto, en particular a través de los estudios
comparativos con los individuos más jóvenes de nuestra especie.
De esta forma podemos concluir
afirmando que el hombre en su afán de progreso ha logrado romper la barrera de
la razón y ha logrado establecer parámetros que le permitan determinar hacia
dónde ir, hacia donde caminar y encaminar los esfuerzo de supervivencia.
¿Por qué cooperamos? Porque somos
humanos, porque vivimos en sociedad y porque nos necesitamos unos a otros y
sobre todo, necesitamos a nuestra madre tierra para seguir subsistiendo y
persiguiendo el sueño inalcanzable de la autorrealización total y espiritual.
Tenemos un “chance” y ese chance no
hay que desaprovecharlo…