“LA
EDUCACIÓN PROHIBIDA”
Por:
Carlos Alberto Chiñas Narváez
Lic. En Comunicación y estudiante de
la Maestría en Educación
Por la Universidad Popular Autónoma
de Veracruz.
Campus
Agua Dulce, Veracruz.
De acuerdo a los especialistas, la
actual educación nos forma para competir, para ser mejores, para determinar
entre buenos y malos, pero no nos educan para comprender.
La educación sistémica, tal y como la
conocemos hoy día, es solo como resultado de un control social, de normas y
estadísticas.
Por lo regular, el proceso de
enseñanza aprendizaje busca solamente satisfacer una necesidad momentánea, pues
en muchas ocasiones se estudia solamente para pasar el examen.
Y es aquí donde se rompe el hilo
conductor de la verdadera educación, la “Idea no es educar…la idea es
aprender”. Lo que tenemos que hacer los docentes es que nuestros estudiantes
aprendan por sí mismos. No se trata de educarlos entre lo que deben aprender y lo que no, entre
lo que está bien para su futuro o no. Se trata de fomentar la motricidad con la
cognición, pues el docente debe como fin principal de su labor, mostrar
misterios a los chicos para despertar su interés y su motivación personal para
aprender algo. Insisto, no debemos educar, debemos de ayudarlos a aprender.
La educación integral debe buscar el
aprendizaje lúdico para desarrollar las capacidades humanas. La escuela no debe
de dar orden, sino crearlo a través del ejercicio libre de los procesos de
enseñanza-aprendizaje.
Si el hombre es principio y fin del
acto educativo, ello quiere decir que en aquel se inicia y se halla sus límites,
así como sus finalidades. Los límites del acto educativo están en el propio
hombre. Es este quien con sus acciones marca los alcances, los significados y
las limitaciones del acto educacional, pues este acto no se produce por sí
mismo, no tiene existencia propia.
Es porque existe el hombre que el acto
educativo se constituye con base en transformaciones sucesivas, y en estas
también el hombre se va construyendo como tal, pero nunca termina de
constituirse. Esto indica que el hombre es un ser en formación continua, un ser
inacabado, imperfecto, que se propone el logro de metas determinadas y una vez alcanzadas,
se encuentra ante nuevos retos que le fijan nuevas tareas.
La educación debe ser libre y debe
liberar tal y como lo proponía Paulo Freire. La educación no nos debe de
esclavizar ni de servir de modelo para clasificar a nuestros alumnos.
Dejemos que ellos descubran su mundo y
no le obliguemos a vivir uno construido por nosotros.
La educación debe ser esa ruta
liberadora que permita el desenvolvimiento de la creatividad humana y los
docentes tenemos el alto compromiso de permitir que nuestros alumnos se
descubran a sí mismos, de lo contrario, le estaremos prohibiendo la verdadera
educación.
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