jueves, 8 de noviembre de 2012

Discurso: El Sindicalismo en México.


DISTINGUIDAS AUTORIDADES QUE HOY NOS ACOMPAÑAN
DISTINGUIDOS JUECES DE ESTE CERTAMEN
AMIGOS Y AMIGAS
COMPAÑEROS SINDICALISTAS.

            Gracias por permitirme utilizar esta palestra para representar primeramente a la zona sindical No. 8 del SUITCOBAEV  y con mucho cariño a toda la base sindical que hace posible que nuestro organismo se fortalezca cada día y siga en la brega por la justicia y dignidad de los trabajadores del COBAEV.

             Hoy quiero disertar un tema básico y fundamental para la lucha sindical que hemos emprendido desde hace 15 años.

Hoy quiero hablar de sindicalismo.

INTRODUCCIÓN

Hoy, nos parecen derechos normales algunos de los que disfrutamos en nuestros puestos de trabajo, pero no hace tantos años la clase obrera era explotada y carecía de cualquier tipo de derecho.

 La unión de trabajadores está en el comienzo del fenómeno laboral y fue la respuesta natural a la injusticia y a la explotación realizadas por los empresarios.

El trabajador tuvo necesidad de agruparse con otros trabajadores para de esa manera compensar la inferioridad en que aislado se encontraba frente el empleador e incluso frente a la legislación existente.

Al principio la unión engendró la atención pública sobre el fenómeno, de la cual derivó la legislación del trabajo.

Esta fue reconociendo la realidad social y sindical, lo que significó suprimir las trabas para la unión y en segundo momento, crear estímulos para la unión de trabajadores. En la medida en que se formaron asociaciones profesionales surgió una nueva forma de creación del derecho del trabajo.

En el derecho del trabajo hay un punto de partida: la unión de los trabajadores; y un punto de llegada, el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores, siendo derecho individual y colectivo con distintas sendas para llegar a ello.

El sindicato, es la asociación de trabajadores constituida para unirse íntimamente con el objeto de defender sus derechos laborales y la conquista de nuevos.

Se fundamenta, pues, en la unidad monolítica de los trabajadores ante necesidades comunes de la clase explotada.
El sindicato es la expresión más legítima de la clase obrera organizada, la que gracias a su unidad, organización y constancia en la lucha ha conseguido derechos que, de otro modo, no hubiera sido posible.

El Sindicato es la organización continua y permanente creada por los trabajadores para protegerse en su trabajo, mejorando las condiciones del mismo mediante convenios colectivos refrendados por las Autoridades Administrativas de la Secretaria del Trabajo.
El Sindicalismo Mexicano, tiene sus orígenes en las primeras décadas del siglo XX, cuando la lucha revolucionaria estableció finalmente en el documento constitucional, el derecho de la libertad de asociación. Desde entonces y con apoyo de los gobiernos el sindicalismo en México conformó lentamente grupos representativos de diferentes gremios en el país.

DESARROLLO

Es conveniente recordar que en nuestro país, los Sindicatos están garantizados por la Constitución Política del Estado, que, en su artículo 27º, afirma:

"El Estado reconoce la libertad de asociarse y la de contratar. Las condiciones de su ejercicio están regidas por la ley".

Y por el artículo 62º que textualmente dice:

"Todos tiene el derecho de reunirse pacíficamente y sin armas, sin comprometer el orden público. La ley regulará el ejercicio del derecho de reunión".

Ese es nuestro derecho compañeros

¿Pero cuáles son los objetivos sindicales que perseguimos?

 Los objetivos son los logros que buscan alcanzar los sindicatos, para responder a las necesidades de quienes forman parte de él.

 Los objetivos dejan muy claro cuáles son las finalidades para las que fue creada nuestra organización sindical.

 Aunque cada organización sindical puede tener objetivos muy variados, existen cinco de ellos que siempre le dan razón de ser a todo sindicato. Estos objetivos orientan toda acción de las organizaciones sindicales en su lucha por dignificar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras.

Estos cinco objetivos son:

1. Un salario justo.

Los sindicatos buscan que quienes trabajan tengan un salario adecuado y digno, que les permita cubrir sus necesidades y las de sus familias en alimentación, salud, vivienda, educación, vestido y recreación.

 2. Mejores condiciones de trabajo.

Las condiciones de trabajo son un complemento indispensable del salario. Las trabajadoras y los trabajadores tienen el derecho a que las condiciones en que laboran no les afecten ni física ni mentalmente.

3. Empleo estable para toda persona

No basta con tener trabajo, es importante que el empleo sea estable, regulado por leyes que nos protejan contra despidos injustos, principalmente cuando el trabajador y la trabajadora han entregado lo mejor de sus años y toda su experiencia para el desarrollo de su empresa y de su país .

 4. Mejoramiento de las reivindicaciones sociales y económicas

Para proteger y garantizar el mejoramiento de los sectores laborales, es necesario crear leyes y luchar para que éstas se cumplan. Por esta razón el sindicalismo constantemente busca que los Estados promulguen leyes y decretos que garanticen la continuidad de sus conquistas y el mejoramiento social y económico de las personas trabajadoras. Para que las leyes se respeten y se cumplan, es necesario que todas las personas trabajadoras y estemos unidos y organizados.

5. La permanente democratización de la sociedad

El respeto a los derechos humanos es una de las luchas más importantes que los trabajadores podemos realizar desde nuestra organización sindical. El reconocimiento de los derechos de libre asociación, de pensamiento y de expresión implica luchar por la democratización de nuestro país. También es importante que los sindicatos participen en la vida política de las naciones, para vigilar y supervisar que los gobiernos sean justos en sus políticas económicas y sociales.

Como sindicalistas tenemos principio y como miembros de nuestro sindicato los hacemos valer.

En el SUITCOBAEV somos libres, independientes, democráticos, participativos, unitarios, responsables, realistas y solidarios.

En el SUITCOBAEV, entramos todos. Todos los que nos consideremos sindicalistas.

Debemos siempre luchar unidos para alcanzar nuestros objetivos colectivos para bien de nuestra organización y de nuestras familias.

CONCLUSIONES

Espíritus superficiales han acusado al Sindicalismo de ser demasiado egoísta; por ver en él nada más que una fuerza encaminada hacia el logro de ventajas puramente económicas.

El cargo carece de razón cuando mira sólo este aspecto de la acción sindical. Es verdad que el Sindicalismo ha puesto en su programa, como número principal, este que tiende a garantir ante todo la vida física. Primero es vivir, y después filosofar, afirmó el filósofo.

Mientras el hombre, obedeciendo a leyes naturales, precise del alimento para nutrirse, del vestido para abrigarse, y de un hogar para descansar de sus fatigas, su primera preocupación será subvenir a estas necesidades primordiales.

En la escala de los seres, llámense superiores o inferiores, domina esta ley del instinto conservación, de supervivencia y reproducción. Negar esta ley, es negar la evidencia. El Sindicalismo llena una función humana de alta filosofía al procurar que sus adeptos tiendan a vivir una vida física sana, integral, como preparación de una vida intelectual y una vida moral, igualmente sana e integral.

Con esto no hace más que ajustarse a principios biológicos superiores que contribuirán poderosamente a la selección de la especie, hoy empujada fatalmente a la degeneración corporal y a la ruina intelectual y moral por las actuales formas asesinas de producción.

Pero no es verdad que la obra del Sindicalismo se detenga aquí.

El Sindicalismo ha comprendido, como no ha podido menos de comprender, que no sólo de pan viven los humanos. Junto al ser objetivo vive el ser pensante.

 Dentro de la misma alcoba conviven el yo material y el yo espiritual. Y siendo esto así, es imposible poder trazar una línea de separación entre estas dos entidades que se completan, que en seres normales forman una sola entidad.

Sería necesario que el hombre fuera puramente animal, para que sólo sintiera el instinto de nutrirse; o que fuera puramente espiritual, para que sólo lo interesaran las especulaciones de la alta filosofía. Pero como el hombre es a la vez una y otra cosa, precisa llenar las necesidades atingentes a cada una de ellas. Lo que hace el Sindicalismo es subordinar las necesidades espirituales, –importantísimas como complemento de un hombre equilibrado. – a las necesidades materiales, que son vitales, que son condición para que coexistan las otras.

 Ahora bien, el Sindicalismo tiene también sus ideales propios. Junto a la conquista de un bienestar inmediato, prepara la transformación de la sociedad por la conquista paulatina, pero creciente, de mejoras, hasta llegar a la sustitución del régimen del salario por la producción librada exclusivamente a los sindicatos de oficio.

El proceso será largo y costoso de realizar si el pueblo no se interesa de veras por acelerar esta transformación. Pero será corto y hacedero si, por el contrario, desea ver terminado alguna vez el régimen de oprobio que a todos nos aplasta.

Será esta una transformación que no aprovecharemos nosotros, y aquí está precisamente, el gran valor del ideal sindicalista. Nosotros laboramos para las generaciones que vienen. Hacemos lo que nuestros padres: nos criaron, nos educaron y nos pusieron en situación de dar los primeros pasos en el camino de la vida. Hacemos lo que han hecho las generaciones extintas, desde la prehistoria hasta nosotros. En los progresos que hoy aprovechamos palpita el cerebro del sabio de edades muertas, los afanes del inventor, las meditaciones del filósofo, las emociones del arte, de hombres que fueron, de humanidades borradas por la patina de los siglos. La herencia que hemos recibido de aquellas generaciones que fueron, debemos nosotros trasmitirla au­mentada a las que nos sigan. El Sindicalismo cumple así la ley de la Historia.

Hoy, estoy orgulloso de ser sindicalista, hoy puedo mirar de frente y decirles que el sindicalismo ha reivindicado a nuestras vidas y que ha sido con altura de miras, con la lucha constante, con la pasión de buenos mexicanos, con el corazón de buenos veracruzanos que hemos conformado un gran sindicato.

 Que viva el SUITCOBAEV

Que viva Erika Ayala Ríos

Que viva México

 

 

 

 

 

 

                                               Muchas gracias…

 

 

1 comentario:

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