REFLEXIONES
SOBRE
LA
PELICULA “LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS”
Por:
Carlos Alberto Chiñas Narváez
Lic. En Comunicación y estudiante de
la Maestría en Educación
Por la Universidad Popular Autónoma
de Veracruz.
Campus
Agua Dulce, Veracruz.
Han sido muy pocas
las películas que en materia educativa me han llamado la atención, pero debo
confesar que esta de “La lengua de las Mariposas” está sencillamente deliciosa.
En algún momento de
mi formación académica para cuando se dio
el traslado del constructivismo hacia la educación basada en
competencias tuve la oportunidad de ver el fragmento que le da el título a la
película y me resulto por demás interesante y atractivo.
El rol de este
personaje docente, siempre provoca la reflexión constante de sus alumnos, les
permite reflexionar para que ellos logren una propia respuesta. Siento que es
como la escuela nueva, pasando por el constructivismo y llegando a la educación
basada en competencia.
Quiero desarrollar
una idea en torno a lo observado en la película. Hoy día, los métodos
participativos han tomado un auge muy importante en el desarrollo de las clases
a todos los niveles académicos puesto que han permitido tanto a los alumnos
como a los maestro generar un ambiente de evaluación, auto evaluación y
co-evaluación logrando con ello una notable mejoría en el proceso de
Enseñanza-Aprendizaje.
Para comprender este proceso, es
necesario echarle un vistazo a los elementos que participan de manera directa e
indirecta en la educación, o al menos marcan su tendencia y desarrollo, por
supuesto que nos estamos refiriendo al hombre, la sociedad y la escuela.
Los mas versados en esta materia
afirman que en la escuela nueva se pugna por el primordial deseo de formar
conciencia en los valores humanos, pero también trata de incorporar en el
quehacer cotidiano docente, todos aquellos valores que deben ir implícitos en
la construcción de los conocimientos.
Lo anterior, se afirma en virtud de
que “el desarrollo del ser humano
integral no solamente se refiere a la activación de habilidades y a la
formación de hábitos para lograr así la excelencia, sino a ese desarrollo que
implica la totalidad: los aspectos físico, espiritual, social y mental” (Julio H. Pimienta Prieto: Metodología
Constructivista).
¿Por qué? Porque el hombre es un ser
impulsado desde sí mismo hacia la autorrealización, capaz de extraer de la
experiencia los significados, su propio funcionamiento integrador, sin embargo,
es de resaltarse que “Educar es socializar”. La dependencia del proceso
educativo de la sociedad es indiscutible.
La
sociedad dicta los fines educacionales. Las instituciones de cada sociedad (familiares, escolares, religiosas,
industriales, etc., atendiendo a la institución política, que es el estado) son
transmisoras, aunque en diversos grados y modalidades, de los estereotipos
culturales dominantes en dicha sociedad.
Con lo anterior se puede afirmar
que, “la educabilidad es una esperanza de acercarse al “deber ser”, una
autoexigencia de perfección como fin último de la educación y una insaciable
búsqueda de sí mismo. Para una mejor convivencia con los otros”.
Es una de las funciones de las
escuelas es contribuir al desarrollo de la responsabilidad en sus alumnos,
precisamente educándolos para la toma de decisiones y permitiéndoles hacerlo; con
la característica esencial de asumir las consecuencias de sus actuaciones, es
decir, se pretende educar hacia una libertad responsable.
Hay dos razones que nos inducen a
rechazar en el aula un modelo de trabajo tradicional. Primero, porque nuestras
nociones actuales sobre cómo se forman los conocimientos desaconsejan un modelo
directivo y centrado en el profesor, y segundo, porque vivimos en un mundo que
cambia mucho más rápidamente que antes y, por tanto, la información que
adquirimos hace años, muchas veces, deja de ser útil y debe actualizarse. Un
saber repetitivo no corresponde a las nuevas dinámicas sociales.
Chomsky define a la educación
reflexiva como ese espacio vital para la sociedad humana en donde puede
recrearse, desarrollarse, expandir y crecer el conocimiento.
En la película se puede apreciar muy
claramente todos los factores que intervienen en la formación de un niño y es
por demás interesante como se van adquiriendo los criterios a través del
crecimiento emocional, de la socialización tan importante para la mejor
integración de los seres humanos, la reflexión casi espontanea de los
aconteceres cotidianos y sobre todo la lucha de poderes de factos que en torno
a los humanos se forman.
Por un lado la fuerza religiosa que
busca a todas formas imponer sus dogmas religiosos y por el otro la corrupción
del poder político que construye alrededor del niño un contexto que más
adelante el reproduce sin remordimiento.
Ciertamente, hay un momento clave de
confrontación entre la fuerza religiosa y la fuerza académica en un dialogo
entre el profesor y el sacerdote del pueblo que ya ha realizado un juicio a
priori de los hechos que se observan en la superficie.
Ha sido una excelente experiencia
viajar a través del celuloide y conocer los diferentes estadios de la educación
en un niño.
No me canso de verla una y otra vez.
Que la madre patria, nos permita de
nueva cuenta disfrutar de una obra con iguales circunstancias paro ahora
abordando la nueva escuela y los nuevos modelos enfocados a la educación.
Por lo pronto me dispondré a verla de
nuevo y a prender junto con Gorrión el porqué las mariposas tienen lenguas.
“Cuidado
con el perro”
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