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SOBRE
EL MANUAL DE CARREÑO
Por:
Carlos Alberto Chiñas Narváez
Lic. En Comunicación y estudiante de
la Maestría en Educación
Por la Universidad Popular Autónoma
de Veracruz.
Campus
Agua Dulce, Veracruz.
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el Manual de “Urbanidad y buenas maneras” de Don Manuel Antonio Carreño muñoz,
pareciera fácil, pero en verdad encierra muchas verdades tan transcendentales
que sus 390 hojas te permiten viajar por muchas esquelas del buen
comportamiento y las buenas maneras que hoy en día pareciera imposible
llevarlas a cabo por la materialidad insana en que hemos convertido nuestra
vida existencial.
Don Antonio Carreño, plasma en esta
obra su visión humana de las buenas relaciones, de la vida espiritual y de la
vida social.
Músico, pedagogo y diplomático
venezolano cuya vida productiva corre desde 1812 hasta 1873 crea una obra de
“Urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos en el cual
se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben
observarse en las diversas situaciones sociales” y corría el año de 1853, año
de mucha inestabilidad social tanto en América como en Europa, por lo que era
muy necesario compensar la falta de identidad humana que en ese momento se
ausentaba.
El libro comienza con tres capítulos
introductorios, “Deberes morales del hombre” en donde desarrolla esas
obligaciones para con Dios, para la sociedad, para con nuestros padres, para
con la Patria, para con nuestros semejantes, y para con nosotros mismos, puesto
que el “Hecho de formar parte del género humano ya nos compromete a esos
deberes”.
Es de suma importancia resaltar, que
aunque es decididamente espiritual su propuesta, Carreño logra tocar muchas
fibras internas del hombre…si partimos de que el hombre es inminentemente
caótico esta obra resulta un manantial de reglas y principios que pueden
moldear nuestra conducta y permitir reeducarnos en Urbanidad y buenas maneras.
El documento también explora 71 puntos
de referencia donde se destacan deberes internos, deberes sociales, tipos de
aseos, modos, acción social entre otras.
Me llama mucho la atención la base filosófica
que Don Manuel Carreño le imprime a su obra y el reflejo claro es cuando habla
sobre que “en los deberes para con Dios se encuentran refundidos todos los
deberes sociales y todas las prescripciones de la moral; así es que el modelo
de todas las virtudes, el padre mas amoroso, el hijo mas obediente, el esposo
más fiel, el ciudadano mal útil a su patria lo encontramos reflejados en Dios.”
Por la época en que se escribe la
obra, es entendible que proponga “el respeto a los sacerdotes como una
manifestación de nuestro respeto a Dios mismo, dice, por los atributos que les
han sido concedidos”.
“La gloria del hijo es el honor al
padre”
Aunque es un texto narrativo en sus
inicios, resulta por demás digerible, aplicable y aunque ubicado
contextualmente hacia el año 1800 es muy dado a la ideología de Derecha tanto
política como socialmente.
En términos generales, es una
excelente obra de etiqueta y buenas costumbres, considero que debe de
rescatarse y reconstruirse en todas las esferas sociales, se debe de retomar en
las clases y fortalecer al humanismo que tanta falta nos hace.
Siempre nos quejamos de las conductas
de nuestros jóvenes, pero nunca le ponemos atención a su educación de urbanidad
y queremos que se comporten de una manera especial frente a los demás y frente
a nosotros.
Considero que tenemos ante nosotros un
gran compromiso y debemos realmente enfrentar nuestras realidades.
Tal vez estemos aun a tiempo y aunque
no nos quede mucho, aun podemos recuperar lo perdido y no quedarnos con el
argumento simple de que el hombre es inminentemente caótico, un universo en sí
mismo y bueno y bondadoso naturalmente. Debemos convertir nuestras debilidades
en oportunidades de crecimiento y solo a través de un manual de urbanidad y
buenas maneras como el de Don Manuel Carreño lo podremos lograr.
Que
sea para bien y por nuestros hijos.
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